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Cómo preparar la salsa holandesa

Aunque esta salsa lleve el distintivo de holandesa, lo cierto es que proviene de la gastronomía francesa, y se trata de una salsa a base de mantequilla, huevos y limón. La salsa holandesa debe su nombre a que imita una salsa de origen holandés llamada «Isigny», y se usa para acompañar platos de verdura, pescado y es fundamental en una de sus recetas más típicas, los «huevos Benedictine».

La salsa holandesa es ideal para servir acompañando a platos de verduras y pescados, además de ser un buen complemento para ensaladas por su gran aporte calórico, debemos tener en cuenta que esta salsa tiene una gran cantidad de grasas al tener como base la mantequilla. Si bien la salsa holandesa tiene pocos ingredientes sí que nos puede resultar complicado elaborarla, ya que darle el punto exacto es algo que conseguiremos con la práctica, y es muy probable que se nos corte si sufre un cambio muy brusco de temperatura (tanto frío como calor).

INGREDIENTES

Esta es la lista de ingredientes necesarios:

– 200 gramos de mantequilla
– 4 huevos
– El zumo de medio limón, o bien 1 cucharada de vino blanco
– Sal

PREPARACIÓN

Ese es el modo de preparación de la salsa holandesa:

– En primer lugar hemos de templar la mantequilla para fundirla, lo que haremos en un cazo a fuego bajo y retirando la espuma que vaya apareciendo en la superficie de la mantequilla a medida que se derrite.

– Ahora separa las yemas de los 4 huevos y las vertemos en un recipiente, para a continuación batirlas bien (mejor con una batidora de varillas) hasta que comiencen a montar. Cuando esto ocurra iremos mezclando poco a poco la mantequilla derretida, evitando que el suero de la mantequilla caiga en las yemas. Así conseguiremos una crema muy fina y uniforme.

– Ahora añadiremos, sin dejar de batir la crema, el zumo de medio limón (o en su defecto, la cucharada de vino blanco), y también aprovecharemos para darle el punto de sal.

– Antes de servirla podemos darle un toquecito de pimienta, y espolvorear un poco de perejil picado por encima para adornar.

CONSEJOS

– A la hora de clarificar la mantequilla (si no la compramos ya elaborada) hemos de separar y descartar el suero, ya que nos puede estropear la textura cremosa de la salsa. Para carificar la mantequilla lo ideal es hacerlo dentro de un recipiente al baño maría, e ir separando el suero poco a poco.

– La temperatura ideal para mantener la salsa caliente ronda en torno a los 40ºC., y es recomendable mantenerla tapada.

– Si la salsa holandesa se nos corta podemos añadir un poco de agua tibia, montar una yema adicional e ir mezclando ambos poco a poco.

Foto vía: yolandapincholos